La importancia de la energía en nuestra vida
Sin energía no podemos acceder a nuestros proyectos, realizar nuestros sueños y incluso disfrutar de las personas que más cuentan para nosotros. La energía es necesaria tanto para vivir con entusiasmo como para poder crear los proyectos que más nos importan.
Saber usar nuestra energía de forma óptima nos permite vivir más feliz.
Conocer nuestro potencial, es decir nuestras debilidades, y nuestras fuerzas energéticas (=órganos más eficientes, que mejor rinden en nuestro cuerpo) nos permite saber lo que mejor nos conviene para acumular energía y usarla para lo que decidimos hacer en nuestro día. Es una consciencia que se puede desarrollar a través de la Bioenergética, de la consciencia corporal, de la auto-observación y de la toma en cuenta de nuestros ciclos de vida. Tanto las estaciones como la etapa de vida en la cual nos encontramos influyen directamente sobre nuestra energía.
Que sea una persona joven, una persona deportiva, una madre o un padre que tiene más de cuarenta años, que tenga la menopausia o que me encuentre en la etapa de tercera edad, puedo aprender a optimizar mi energía para poder seguir con proyectos y ilusión.
Lo que impide la circulación de mi energía
La energía puede estar impedida por el nivel de estrés físico o psico-emocional.
Demasiado esfuerzo puede llevarme fuera de mi capital genético y obligar mi cuerpo a ir a buscar energía en mi reserva « ancestral » es decir esta energía de nacimiento que se localiza en los riñones.
Si mis suprarrenales piden este extra de energía cada día, habrá mucha adrenalina y cortisol en la sangre para que mi cuerpo entienda que necesito una energía EXTRA para el estrés al cual tengo que hacer frente. Esta reserva de energía sirve para estas situaciones excepcionales en donde tenemos que duplicar o multiplicar nuestras fuerzas para superar una dificultad importante. Estamos entonces en una situación de « peligro » y nuestro cuerpo se pone en funcionamiento de « supervivencia ».
Se puede gestionar este estado un cierto tiempo pero acabo de un plazo, el cuerpo se agotará.
Este sistema de energía EXTRA no está previsto para funcionar de forma continúa. Tiene que haber momentos de recuperación para regenerar las reservas.
Así que cualquier estrés prolongado tendrá repercusiones en mi energía que empezará a descompensarse en mis órganos más sensibles, y más vulnerables.
Somos todos diferentes y cada persona tiene una predisposición.
