Y si cambiar sería el mayor acto de valor que podemos tener hacia nosotros mismos y los demás…
Las tomas de consciencia, la observación de uno mismo, de las creencias que nos condicionan, de nuestros comportamientos automáticos, el conocimiento de nuestros talentos latentes y de nuestros excesos o tendencias que limitan el acceso a nuevas experiencias, proyectos, o sueños…..todo esto representa, para mi, un primer paso necesario al cambio. El « conócete a ti mismo » sería este paso de honestidad hacia nosotros mismos y los demás. Sería un requisito importante para el cambio.
Pero, ¿es suficiente? ¿El cambio se genera por si solo o tenemos que añadir algo más a este estudio profundo de nuestra personalidad…?
Desde mi propio camino personal hecho de cambios y transformaciones necesarias, y mi humilde experiencia en el acompañamiento de personas en momento de cambios, puedo decir que el cambio, no solo se inicia, pero también, se tiene que sostener el tiempo suficiente para que se instale un nuevo equilibrio dentro de nosotros. Pasamos por un cambio de puntos de referencia, que incluso podemos sentir dentro de nuestra biología debido a la vagotonía neurovegetativa provocada por el cambio energético sutil que se opera. Ciertas personas necesitarán el acompañamiento del terapeuta hasta sentirse cómoda con el nuevo equilibrio, otras utilizarán la fuerza de los actos simbólicos para anclar el cambio en su realidad. Cualquier objeto que tenga un significado en relación con nuestro cambio puede servir a mantenernos en el cambio. Tiene que ser un objeto que podemos tener con nosotros y que cada vez que lo miramos o tocamos nos recuerda nuestro nuevo paradigma. Esto se llama también « psicomagia » y por haberlo experimentado varias veces es muy potente.
Un cambio de creencias nos propulsa en una nueva realidad cuántica. Necesitamos tiempo para observar este nuevo paisaje y acostumbrarnos a ello. También recibiremos de ello nuevas informaciones en relación con esta nueva creencia incorporada. Es como abrir la puerta de casa por primera vez, mirando el mundo con ojos nuevos. Cuando se destronan creencias muy limitantes, el cambio puede ser bastante chocante, y brutal y incluso podemos llegar a rechazarlo…en este caso, la ayuda de un terapeuta puede ayudarnos a ir poco a poco, con prudencia, sin perder nuestra seguridad, manteniéndonos dentro del cambio a nuestro ritmo.
Todos podemos necesitar, a un momento de nuestra vida, cambiar alguna creencia que impide el acceso a un sueño o proyecto importante para nosotros.
Y es cuando se requiere este « acto de valor », atreverse a mirar lo que nos limita para transformarlo en algo que nos mantenga en la expansión agradable de la vida, con tranquilidad, y seguridad, prudencia y ganas, creando nuevos puntos de referencia que se sustituyen a los que ya no nos sirven.
Un cálido saludo. Sandrine.