« Esta enfermedad ha sido una elección de aprendizaje y me ha enseñado a aceptar las cosas tal como vienen, a comprender a las personas que sienten miedo de la cual yo no he sentido y a trabajar con la paciencia. La obligación de la propia enfermedad. El respeto a la actitud ajena de ver que hay personas que entran en el victimismo y no me ha gustado nunca pero al igual yo entraba allí sin darme cuenta. También me ha enseñado lo mucho que me quieren mis hijas hasta el punto de que las ví sacrificarse, que no podían más. Y ahora hasta se olvidan ya que estoy bien, y ya ,para mi, curada. Esta enfermedad me llevó a pasar por el choc escéptico. Hay solo un 5% de posibilidad de vida. Me pusieron en un coma provocado. Cuando salí no tenía fuerzas, es como si me había absorbido mi energía un vampiro. Me costó tiempo recuperar mi energía. No podía coger ni una hoja de papel. Con mi voluntad, y empeño lo conseguí. En este momento pienso: « ¡ya lo he superado! ». Yo no siento miedo a la muerte. Lo que no quiero es estar enchufada a una máquina. Cuando es el momento nos vamos y este momento sentí que no era el mío. Esta toma de consciencia la tuvo cuando ví a mi hermano en la UCI. Había venido desde Saragoza. Entró 2 veces pero yo recordaba 3 veces. Y es cuando me dio cuenta de que estaba más por el otro lado que viva. Entonces, empezó mi proceso de curación. Lo médicos descubrieron el patógeno y empezó el tratamiento de quimioterapia. A partir de la octava sesión de quimioterapia utilizo la Kephrenoterapia, la Biodescodificación y las Flores de Bach para ayudarme a mantener un nivel de energía óptimo y acabar de sanar los conflictos emocionales que podían haber provocado mi enfermedad. »
Escrito el 14/12/2016 según el testimonio de Paquita, que salió de su enfermedad aceptándola como parte de un proceso global de sanación de su propia alma.
Una maestra para mi. ¡Gracias Paquita!
Sandrine